Oprime este enlace para leer las reglas primero y así puedas aclarar toda duda que tengas mientras leas este artículo.
ActRaiser es un videojuego que salió para Norte América en noviembre de 1991 para Super Nintendo, el 16 de diciembre de 1990 en Japón bajo el Super Famicom y el 18 de marzo de 1993 en Europa. Son de estos títulos que considero raro en el sentido de que no se ve mucho de este tipo de juego. ¿Por qué digo esto? Es un juego que combina elementos de juegos de acción con elementos de juegos de simulación, como verás más adelante en la jugabilidad.
Contexto Religioso
Todo parece indicar que el juego es una alusión al Cristianismo, ya que, según el texto japonés de su secuela, ActRaiser 2, el nombre original del protagonista era “Dios”, mientrás que el del antagonista era “Satanás”. Sin embargo, durante la época en que este juego salió, Nintendo of America tenía una política estricta en cuanto a contenido que puede resultar ofensivo, resultando en el cambio del nombre del protagonista a algo más genérico. Sin embargo, la alusión al Cristianismo como tal quedo intacto, como lo muestran los siguientes detalles:
- El protagonista viaja al mundo a través de una nube.
- Un ángel acompaña al protagonista.
- Existen demonios que hay que extinguir.
- Hace milagros, desde causas naturales hasta crear vida como tal.
- La mayoría del mundo ora por el protagonista.
- El final del juego explora otros detalles que no se revelarán por ser parte de la historia que usualmente no se revela en esta sección (lean las reglas para que vean lo que digo).
Historia
Básicamente, la historia de ActRaiser trata de un dios que perdió poder debido a un demonio llamado Tanzra. Puedes poner cualquier nombre a este dios que interpretas, pero varias fuentes lo refieren como The Master, como le voy a decir de aquí en adelante. The Master tiene que recuperar su poder derrotando a legiones de monstruos y supervisando los terrenos que recupera de manera que la gente pueda subsistir por su cuenta y ofrecer oración al mismo. Más allá de eso, no hay mucho que decir.