Uno de los problemas más comunes en los dispositivos móviles es ver como se destruye la pantalla cuando estos se caen al suelo. Así que si eres uno de los afortunados que tiene el nuevo Samsung Galaxy S7 o S7 Edge, debo decirte que lo cuides muy bien ya que es “casi imposible de reparar”.
Según informa iFixit, el Samsung Galaxy S7 y S7 Edge es casi imposible de reparar varias de sus piezas sin dañar otras. Además, el reemplazar el cristal de la pantalla rota sin destruir el panel frontal aumenta la dificultad de poder repararlo, pues posee una pega adhesiva muy fuerte.
A pesar de que el dispositivo posee algunos componentes que pueden ser reemplazables de forma fácil, es mucho más difícil se reparar que el Samsung Galaxy S6. El nuevo modelo posee una calificación de reparación de 3 sobre 10, mientras que el modelo S6 posee 4 sobre 10. Esto es debido a que sus componentes están completamente unidos y no será fácil arreglar uno sin dañar u mover la pieza de al lado. Por ejemplo, cambiar el puerto micro USB supondría romper la pantalla o perder la iluminación de los botones en la parte frontal del teléfono.
iFixit comentó que al Samsung querer hacerlo resistente al agua y al polvo, varias de sus piezas internas se encuentran más unidas y selladas, lo que hace el teléfono más seguro para que no se dañen los componentes a la hora de entrar líquido. La página web también comentó que desde el Samsung Galaxy S4 la empresa ha ido reduciendo la calificación de reparación. Pero esto tiene sentido, pues el Galaxy S7 incorpora una mejor batería que los modelos anteriores y al ser resistente al agua y polvo debe tener componentes más fuertes.