La adicción a los videojuegos es un problema serio y si no se atienden a tiempo podría traer grandes consecuencias.
Josh, un joven de Muchigan, Estados Unidos, adicto a Counter-Strike, ha sido sometido a un fuerte tratamiento de choque para dejar su adicción a los videojuegos.
Según publica el programa 20/20 de la cadena de televisión ABC, la sesiones de juego de Josh podían superar las 12 horas diarias, lo cual tenía muy preocupado a sus padres.
Sus padres intentaron reducir las horas de juego sin éxito y al forzar a Josh a no jugar videojuegos cambió su actitud y comenzó a tener problemas de comportamiento.
Esta situación provocó que Josh se sometiera a una terapia de choque especial que contaba en aislarlo de toda la tecnología mediante un viaje a los desiertos de Salt Lake City durante dos meses.
Durante su periodo de aislamiento, el joven no tuvo ningún dispositivo tecnológico a su alrededor y tuvo que trabajar muy duro para superar los retos que se le planteaban.
Al final del tratamiento, Josh logró superar su adicción y su actividad cerebral había mejorado.