Seguir ignorando el Kinect, por el momento.
El énfasis en el Kinect fue fácilmente uno de los mayores errores que Microsoft hizo cuando se reveló por primera vez el Xbox One en el 2013. El dispositivo ha dejado de resonar con los consumidores y es el mejor curso de acción a tomar de aquí en un futuro. Desde que la compañía dio a conocer una oferta más barata, el cual no incluye el Kinect, las ventas de la consola han mejorado enormemente. Deberían de seguir así, el que quiera el Kinect, que lo compre aparte, para mi es un hardware innecesario.